8 de enero de 2010


Ella despidio a su amor. El partio en un barco en el muelle de San Blas.
El juro que volveria. Ella, empapada en llanto, juro que esperaria.
Miles de lunas pasaron y ella siempre estaba en el muelle esperando; muchas tardes se anidaron en su pelo y en sus labios. Llevaba el mismo vestido por si el volviera, no se fuese a equivocar. Los cangrejos le mordian su ropa, su tristeza y su ilusion. El tiempo se escurrio y sus ojos se llenaron de amaneceres y del mar se enamoro y su cuerpo se enraizo en el muelle.
Sola en el olvido. Sola con su espiritu. Sola con su amor el mar. Sola en el muelle de San Blas.
Su cabello se blanqueo pero ningun barco a su amor le devolvia. En el pueblo le decian “la loca del muelle de San Blas”.
Una tarde de abril la intentaron trasladar al manicomio, pero nadie la pudo arrancar y del mar nunca jamas la separaron.
Sola quedo. Sola con el sol y con el mar. Sola quedo hasta el fin. Sola quedo ahí. Sola en el muelle de San blas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario