19 de septiembre de 2009

Te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos.
Por eso esperaba con la carita empapada a que llegaras con rosas, mil rosas para mí, porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves a pasarte por aquí, donde los viernes cada tarde, como siempre, la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí"
Escapando una noche de un bostezo de sol me pediste que te diera un beso. Con lo baratos que salen mi amor, ¿qué te cuesta callarme con uno de esos?
Pasaron seis meses y me dijiste "Adiós, un placer coincidir en esta vida"
Allí me quedé, en una mano el corazón, y en la otra excusas que ni tú entendías.

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