4 de agosto de 2009

Finalmente me miras desde la ventana y parece que quisieras entrar. Lo siento, las puertas están cerradas, en especial para vos. Porque un día vos tuviste esa llave y no la usaste, y dejaste pasar el tiempo que muy travieso, zagas y despechado te maltrato y no te diste cuenta, del valor real de aquella llave. Hoy sabes que nunca te dejare volver. Lo siento, tu oportunidad ha pasado y la culpa no es mía.

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